A pesar de las recientes lluvias en la región, es posible que te hayas preguntado por qué las Lagunas de Ruidera aún no muestran un aumento significativo en sus niveles de agua. Mientras que otros embalses en España han experimentado incrementos notables, las lagunas de este parque natural siguen esperando su turno. Entonces ¿Por qué las Lagunas de Ruidera no se llenan inmediatamente después de las lluvias? La clave de este fenómeno radica en el funcionamiento del Acuífero 24, también conocido como el acuífero de la Mancha Occidental.
¿Por qué las Lagunas de Ruidera no se llenan inmediatamente después de las lluvias?
Las Lagunas de Ruidera forman un sistema hidrológico muy singular. El terreno está compuesto principalmente por roca caliza, lo que lo convierte en un sistema kárstico altamente permeable que actúa como una esponja natural. Esto significa que el agua de lluvia no corre directamente hacia las lagunas, sino que se filtra poco a poco a través del suelo hasta llegar a una enorme reserva subterránea: el Acuífero 24, también conocido como acuífero de la Mancha Occidental. Este proceso de recarga del acuífero es gradual y puede tardar semanas o incluso meses en reflejarse en un aumento visible del nivel de las lagunas.
¿Qué es el Acuífero 24?
El Acuífero 24 es uno de los mayores de España. Se extiende bajo parte de las provincias de Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Toledo, y está compuesto por materiales que permiten el paso del agua: calizas, dolomías, arcillas, arenas y limos.
Cuando llueve, el agua se infiltra en el terreno y va llenando poco a poco este acuífero. Solo cuando el nivel freático sube lo suficiente, el acuífero se desborda en forma de surgencias naturales (manantiales, filtraciones o pequeños arroyos), alimentando así las lagunas.
Por eso, el efecto de las lluvias no se nota de inmediato. Puede pasar un tiempo antes de que el agua que ha caído sobre el terreno aflore en forma visible dentro del sistema lagunar.
¿Y por qué no se secan del todo en las sequías?
Esta misma dinámica, aunque lenta, tiene una gran ventaja: las lagunas no dependen únicamente del agua superficial. Este sistema de alimentación subterránea tiene la ventaja de proporcionar una fuente de agua más estable a las lagunas, incluso durante períodos de sequía. Gracias al Acuífero 24, el ecosistema mantiene un cierto equilibrio hídrico incluso en épocas de sequía.
Eso sí, cuando el acuífero está sobreexplotado o su nivel es muy bajo (por ejemplo, por el uso agrícola intensivo), el aporte a las lagunas se reduce considerablemente y eso afecta tanto al nivel del agua como a la biodiversidad del parque.
Un sistema complejo… y maravilloso
Las Lagunas de Ruidera no son un embalse ni un lago artificial: son un tesoro natural formado por una combinación única de geología, hidrología y tiempo. Por eso, observar cómo reaccionan a las lluvias es también una forma de comprender mejor los procesos naturales que regulan nuestros ecosistemas.
Aunque el nivel del agua aún no sea el esperado, el parque sigue ofreciendo paisajes únicos y un entorno privilegiado para practicar senderismo, marcha nórdica, kayak o simplemente desconectar.
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